Cómo desinfectar una herida: descubre qué necesitas en tu botiquín

Un corte, un rasguño, una quemadura… por pequeños que sean, todos requieren una limpieza adecuada para evitar infecciones y promover una curación rápida. Es fundamental tener en cuenta el tipo de lesión, la presencia de suciedad y la sensibilidad de la piel al elegir el desinfectante o antiséptico más apropiado, ya que no todas las sustancias actúan igual.

Es por ello que, a continuación, te contamos las claves sobre cómo desinfectar una herida de manera efectiva, así como qué productos tener a mano en tu botiquín.

Seguro que en tu botiquín has tenido distintos desinfectantes y antisépticos a lo largo del tiempo, ambas sustancias son agentes químicos que se utilizan para eliminar o impedir el crecimiento de microorganismos. Pero cada tienen sus propias características y usos.

Los desinfectantes se utilizan principalmente para limpiar superficies u objetos inanimados, sobre todo en entornos médicos. Se tratan de sustancias más concentradas que los antisépticos, por lo que pueden ser más agresivas para los tejidos vivos.

Los más conocidos son el alcohol y el agua oxigenada que, aunque sean los protagonistas de cualquier botiquín de primeros auxilios, son demasiado irritantes para la piel y no deberían utilizarse para curar heridas abiertas, sobre todo, si no se ha producido ninguna infección todavía.

• ¿Sabías que la espuma blanca que aparece al aplicar agua oxigenada no significa que esté curando? Esta aparece cuando el peróxido de hidrógeno se descompone al contacto con las enzimas presentes en nuestro cuerpo. El escozor que se siente habitualmente se debe a que el agua oxigenada no es capaz de distinguir entre las células de las bacterias y las del propio organismo, por eso se recomienda solo para desinfectar la piel sana.

Los antisépticos cumplen la misma función de destruir o impedir el crecimiento de cualquier microorganismo pero son más respetuosas con la piel. Por lo que sí son adecuados para ser utilizados en tejidos vivos.

La mejor manera de evitar que una herida se infecte es mantenerla limpia y seca desde el principio. De tal manera que después de lavarla con agua y desinfectarla con el antiséptico adecuado, es esencial protegerla con los apósitos adecuados para impedir la entrada de bacterias y suciedad.

Cambia el apósito regularmente si observas humedad, exudado o suciedad y repite los pasos anteriores hasta que la herida vaya cicatrizando. Así lograrás reducir el riesgo de infección o que la herida vaya sanando en caso de que ya se hubiera infectado.

En definitiva, limpiar una herida adecuadamente es fundamental para garantizar una recuperación rápida y sin complicaciones. Pero recuerda buscar siempre atención médica si la herida es profunda, extensa o muestra graves signos de infección.