La piel es la primera barrera de defensa, pero también es vulnerable a irritaciones y alergias. Un ejemplo común es el uso de esparadrapos, indispensables para fijar apósitos o inmovilizar pequeñas zonas, pero que en algunas personas pueden provocar molestias como sarpullido, enrojecimiento o picor. Estas señales podrían indicar una dermatitis de contacto o una reacción alérgica.
Si este es tu caso, elegir un esparadrapo hipoalergénico puede ayudarte a prevenir nuevas irritaciones y cuidar mejor tu piel. ¡Aquí te explicamos cómo!