Cómo tratar una ampolla

Las ampollas suelen ser el resultado de una fricción en las manos o las plantas de los pies. Pueden ser dolorosas, pero se curan fácilmente una vez desaparece la causa de su origen. Trátalas siguiendo estos pasos, basados en las recomendaciones del Servicio Nacional de Salud británico:

Representación gráfica de unas manos que se lavan, como paso del tratamiento de heridas según el asesor de cuidado de heridas de Leukoplast.

1. Lávate las manos:

“Lávate las manos antes de tocar una ampolla abierta”. 1
Representación gráfica de una lupa con una exclamación como símbolo del estricto cumplimiento de las normas de higiene durante el tratamiento de heridas.

2. Mantén una buena higiene:

No explotes la ampolla: si lo haces, es muy posible que contamines la herida. Si la ampolla ya ha explotado, “deja que salga todo el líquido antes de cubrirla con un apósito o vendaje”. 1

Representación gráfica de una mano aplicando un apósito en otra muñeca para simbolizar la cobertura de la herida como paso del tratamiento.

3. Cubre la herida:

“En la farmacia pueden recomendarte un apósito o vendaje para cubrir la ampolla mientras se cura y protegerla para evitar que se infecte.
Un apósito hidrocoloide puede ayudar a reducir el dolor y acelerar el proceso de curación”. 1

Representación gráfica de una compresa fría para ilustrar el enfriamiento de una herida para aliviar el dolor según el asesor de cuidado de heridas de Leukoplast.

4. Alivia el dolor:

Usa una bolsa de hielo envuelta en una toalla para enfriar la herida durante 30 minutos como máximo.

Cuándo consultar con el médico

Una ampolla normal en la mano o el pie se puede tratar fácilmente en casa. Sin embargo, será necesario acudir al médico si las ampollas:

  • aparecen sin ningún motivo evidente.
  • aparecen en lugares inusuales, por ejemplo, en los párpados, la boca o los genitales.
  • se han producido a causa de una quemadura, escaldadura o reacción alérgica.
  • se infectan.

Cómo reconocer una ampolla infectada

Si una ampolla se infecta, las reacciones del cuerpo ante los patógenos invasores pueden ser una señal de aviso. Presta atención si notas que la herida:

  • se vuelve más dolorosa,
  • está caliente al tacto,
  • está enrojecida o hinchada,
  • expulsa pus, sangre o un líquido similar a la sangre,
  • huele mal.

Si tienes una temperatura corporal alta (superior a 37,5 °C) o notas alguno de los signos mencionados, consulta con un profesional sanitario. 2

En caso de duda, consulta con un experto médico

A menudo, las heridas comunes pueden tratarse en casa. Pero, ¿cuándo debería consultarse con el médico? Sigue leyendo esta página para obtener más información.

Pictograma de un experto médico.

Prevenir una infección

Las ampollas abiertas son brechas en la barrera de la piel. Infórmate sobre cómo puedes prevenir infecciones. >>

Ilustración en 3D de una bacteria.

Cuidado profesional de ampollas

Leukomed® T plus

Apósito estéril con gasa, respetuoso con la piel, para heridas pequeñas y medianas.

Leukomed® T

Apósito estéril para heridas quirúrgicas y superficiales no exudativas, y para fijar apósitos.