Imagen de cómo funciona sorbact

Tipos de heridas

Cómo prevenir y tratar infecciones en heridas

Los pequeños accidentes son inevitables. Ya sea jugando, cocinando, de vacaciones o en el colegio, se puede producir una herida en cualquier instante. Sin embargo, que una herida se infecte no es lo habitual. Existen numerosos factores que pueden aumentar el riesgo de infección, como no limpiar adecuadamente una herida, dejarla al aire, que se trate de una herida crónica o de una incisión quirúrgica. 

¡La buena noticia es que siempre es posible prevenir las infecciones y en caso de que no sea así, toda herida infectada tiene solución!

Por eso, a continuación te compartimos los mejores consejos para evitar infecciones, identificarlas y cómo tratar heridas infectadas para que se curen lo antes posible. ¡Adelante!

¿Cómo saber si una herida está infectada?

Cuando una herida está sanando adecuadamente es normal sentir una leve tirantez, incomodidad y sensibilidad en la zona afectada. Pero si tu herida presenta algunas de estas señales es probable que esté infectada:

  • Enrojecimiento
  • Hinchazón
  • Sensación de calor en la piel alrededor de la herida
  • Secreciones
  • Fiebre
  • Náuseas
  • Vómitos

Si prestas atención a los distintos signos de infección serás capaz de actuar a tiempo y, sobre todo, buscar atención médica si es necesario.

¿Cuándo preocuparse por una herida infectada?

Cuando una herida presenta solo una leve infección con enrojecimiento o hinchazón puede tratarse en casa, pero si estos síntomas persisten en el tiempo o se dan otros más graves como fiebre, náuseas y vómitos es importante buscar atención médica.

Imagen de una tripa con un apósito

Una herida pequeña o mediana puede sanar en pocos días o en un par de semanas como máximo. Las más grandes o profundas, en cambio, pueden llevar semanas e incluso meses. Pero en ningún caso el dolor debe ir en aumento.

Si vigilas el proceso de cicatrización podrás percatarte de si algo no va por buen camino. Pero, ¿qué hacer si descubres que la herida está efectivamente infectada? Te lo contamos.

¿Cómo curar una herida infectada?

A diferencia de una herida que recién se ha producido, curar una herida infectada no es un proceso que pueda hacerse en un instante, sino que requiere de una cuidadosa atención hasta conseguir estabilizar la herida y que sane adecuadamente. Para ello, es importante seguir los siguientes pasos:

  1. Desinfecta el material
    Asegúrate de que cualquier material que vayas a utilizar esté limpio. Por ejemplo, si vas a necesitar unas pinzas, desinféctalas con alcohol y es preferible utilizar siempre gasas estériles antes que un algodón que haya estado en contacto con el exterior guardado simplemente en un cajón.

  2. Lávate las manos
    Una vez que tengas todo preparado, asegúrate de que tus manos estén limpias, lavándolas con agua y jabón durante al menos 20 segundos.

  3. Limpia la herida
    Aclara la herida bajo el agua tibia para no irritar la piel y dañar los tejidos circundantes. Asegúrate de que no queden restos de suciedad o cualquier objeto.

  4. Desinfecta la herida
    Un antiséptico es un producto químico que se aplica sobre los tejidos vivos con el objetivo de eliminar microorganismos. Por lo que aplicar un antiséptico, como la povidona yodada y la clorhexidina, con una gasa esteril ayudará a matar las bacterias, frenar la infección y secar la herida poco a poco.

    Recuerda que tanto el alcohol como el agua oxigenada son sustancias desinfectantes irritantes, es decir, son mejores para limpiar superficies o desinfectar las manos que para curar heridas, por lo que no deben utilizarse de manera habitual en heridas abiertas.
Imagen de un apósito Leukomed Sorbact
  1. Protege la herida
    Puedes cubrir la herida con un apósito estéril que impida la entrada de cualquier microorganismo y mantenga un nivel adecuado de humedad para evitar la maceración. Pero también puedes contar con apósitos como Leukomed Sorbact que, gracias a su capacidad para atraer e inactivar las bacterias, permite eliminar cualquier microorganismo con cada cambio de apósito.

  2. Vigila la herida y cambia el apósito
    Cambia el apósito regularmente si observas humedad, exudado o suciedad repite los pasos anteriores hasta que la herida vaya sanando. Recuerda prestar atención para detectar cualquier signo de infección y buscar atención médica si es necesario.

¿Cómo evitar que una herida se infecte?

Prevenir infecciones se consigue limpiando, desinfectando y cubriendo la herida desde el principio. Y recuerda que tus sentidos son tus mejores guías: si la herida presenta una buena apariencia, no tiene mal olor, no duele al tacto… lo más probable es que esté sanando o en el buen camino.

No obstante, las heridas postoperatorias pueden tener un proceso de cicatrización mucho más largo, ya que se tratan de incisiones más profundas, y tienen un mayor riesgo de infección. Por ello, es importante que sigas las pautas médicas que te indique tu profesional de la salud.

En definitiva, con pequeños gestos como limpiar adecuadamente una herida u optar por los apósitos adecuados puedes marcar la diferencia en el proceso de curación de cualquier herida. En tus manos está evitar complicaciones, prevenir infecciones y cuidar tu piel.

Productos recomendados

Leukomed® Sorbact

Apósito antibacteriano y antifúngico para heridas quirúrgicas o traumáticas.

Leukomed® T plus

Apósito estéril con gasa, respetuoso con la piel, para heridas pequeñas y medianas.

Leukomed® T plus skin sensitive

Apósito resistente al agua para pieles frágiles.

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Bibliografía

- Leonard, J. (2020). Herida infectada: reconocimiento, tratamiento y cuándo acudir al médico. Medical News Today. Leer ahora

- Wechter, D. G. (2022). Infecciones de heridas quirúrgicas: tratamiento. Medlineplus Enciclopedia Médica. Leer ahora

- Nuevo Espín, M. (2023). Cómo identificar y tratar una herida infectada. Guiainfantil.com. Leer ahora